Habla Lucrecia H., que también musicaliza cuando escribe,
desde su Salón Japonés.
desde su Salón Japonés.
El mundo se ha encogido,
ya no esconde cuevas sin mi olor
Mi marca de hembra colorea los puntos cardinales
No hay camino sin la estela de mi instinto
Ni tiempo que diluya
el perfume de mis coordenadas
La confusion es lógica y excusa
Has rogado por el alivio del olvido
Pero masticas las letras del desenlace que conoces
Tu cuerpo pulsa la química de mi sangre
Tu piel lleva mi sello
Los continentes chorrean de los mapas
El mar ya no puede alejarme
No te quedan culturas, lenguajes ni credos
Que hablen dogmas más potentes que mi nombre
Hilvané las estrellas
con hilos del agua que generas
Tu deseo sólo sigue mi rastro
Todo huele y sabe a mí.
Gracias, Sis V.