25 nov 2010
DE MÁS
Nos preguntamos si nos ataríamos.
O si lo haríamos desatados.
Consideramos que no había diferencia.
Por las dudas escondí una tijera y una soga.
En el bosque.
Pero una de las dos está de más.
Foto: Jan Saudek, The Tiara, 1972.
22 nov 2010
NO SUELTES
Ella ya lo sabía. Ya se lo habías contado.
Foto: Jan Saudek, The Doll, 1975.
26 oct 2010
EXITS ALL ALONG THE ROAD
Este tajo es mío.
No es una boca.
No habla.
Porque todas las lenguas están muertas.
Este tajo actúa, que es parir.
Deja caer sus actos perpendiculares a la tierra.
De mi tajo caen taras, miserias y terrores.
Caen, cuando quiero vivir,
unas flores rarísimas.
Flores
como transatlánticos iluminados en la noche,
un cine en el que la pantalla es una sábana,
un volante convocando a asamblea
de flores. Que caen.
Estoy pariendo todo el tiempo.
Cucharas, escafandras, pañuelos.
Yo elegía el color de mis menstruaciones.
El rojo es una convención arbitraria.
Mi tajo es un accidente de la naturaleza.
A mí me toca convertirlo
en una declaración de voluntad.
Imagen: Lucio Fontana, Concetto Spaziale, Attese.
24 sept 2010
DOUBLE EXIT
13 sept 2010
NO EXIT
18 ago 2010
LOS CONTINENTES CHORREAN DE LOS MAPAS
desde su Salón Japonés.
El mundo se ha encogido,
ya no esconde cuevas sin mi olor
Mi marca de hembra colorea los puntos cardinales
No hay camino sin la estela de mi instinto
Ni tiempo que diluya
el perfume de mis coordenadas
La confusion es lógica y excusa
Has rogado por el alivio del olvido
Pero masticas las letras del desenlace que conoces
Tu cuerpo pulsa la química de mi sangre
Tu piel lleva mi sello
Los continentes chorrean de los mapas
El mar ya no puede alejarme
No te quedan culturas, lenguajes ni credos
Que hablen dogmas más potentes que mi nombre
Hilvané las estrellas
con hilos del agua que generas
Tu deseo sólo sigue mi rastro
Todo huele y sabe a mí.
12 ago 2010
UN MÍNIMO ALFILER
Imagen: Barbara Kruger, Thinking of you, 1999.
31 jul 2010
DESCOLGADA
No corras. No intentes alcanzarme.
El cuerpo es lo último que se retira.
Si lograras tocarlo,
tocarías la sombra que dejó a su paso,
una sombra vacía y ya,
desde el principio de la huida,
sin cabeza.
Imagen: Homo sapiens sapiens (2005)
Video-Instalación, Pipilotti Rist.
23 jul 2010
UNA CAMA CUELGA DE MI PIERNA
Puse la cama a salvo de esta vegetación
que fácilmente podría devorarme.
Suelo dejarme ir
ante la cópula estática de las mariposas,
ante los círculos tristes del insecto extraviado.
El crecimiento de la hierba es un lentísimo péndulo.
La tierra entera es el único terrario
aceptable.
No he aprendido a distinguir los reinos.
Respetaré tu derecho a temer.
Tu impaciencia, tus propias hipnosis.
Dejo la cama colgando de mi pie,
fuera del río.
Quién se atreve a decir que volverá.
Quién puede asegurar
cuánto te esperará esta noche.
Imagen: Homo sapiens sapiens (2005)
Video-instalación, Pipilotti Rist.
19 jul 2010
MI PIERNA CUELGA DE LA CAMA
Que me lamas el pie me hace flotar.
Lamer es lavar, es pintar, es dejar
correr el pensamiento.
Hasta no enterarse de pensar.
Mi pierna cuelga de la cama
como una homeless.
Una rama después de la tormenta.
Un objeto a por el que ascenderá
tu infinita ternura.
Mi pie quiere tocar el agua.
Sabe que vendrás, no necesita
maquillarse para ser carnada.
Mi pierna cuelga de la cama
como una carta.
Entregado a la planta
de mi pie,
mi perro, que es mi lago,
cierra el sobre.
Calma mi corazón tremendo,
limpia mi piel
del invariable error de las palabras.
Imagen: Homo sapiens sapiens (2005)
Video-instalación, Pipilotti Rist.
13 jul 2010
NUESTROS HIJOS
Nuestros hijos serán nuestros hijos.
Lavaremos sus pies, cortaremos su pelo.
Les contaremos cuentos para invocar el sueño.
Apartaremos a las bestias del bosque.
Buscaremos juguetes, escuelas y paraguas.
Combatiremos la fiebre junto a sus camas.
Los llevaremos a conocer el mar.
Abjuraremos de la soga y la sombra del dominio.
O no.
Crecerán respirando nuestra podredumbre.
Sujetos a nuestras tablas de la ley.
Comiendo de la mano del verdugo,
del hábil para el cálculo, del domador de tigres.
Muñecos del ventrílocuo, gallinas ponedoras,
machos reproductores del capital manchado.
O beberán inconscientes una mezcla
que deberán, si pueden, discernir;
será un revuelto de veneno y viento.
¿Qué otras opciones tienen nuestros hijos,
cualquiera sea la forma de sus casas,
si no hubo carta a París,
si París no existe y no puede criarlos?
En la foto: Ellen De Generes y Portia de Rossi. Esposas.
9 jul 2010
EL CORAZÓN
En la foto: Asia Argento.
25 jun 2010
COSITA
Ahora soy la máscara ritual
que agradece la industria cosmética.
Tus hormonas morbosas se encabritan
un rato. Soy tu muñeca, tu sedosa cosita.
Qué rápido se olvida
la provisoriedad de las metamorfosis.
Del carnaval de Venecia queda el papel picado.
Sombras apresuradas
absorbidas por los ángulos de niebla.
Es como si no hubiera existido la fiesta,
sino las sobras y los platos sucios
después de despedir al último invitado.
A la hora en la que retroceden los vampiros,
ya no seré tu Marylin.
Porque en estado salvaje
me habrás corrido el rimmel,
despintado los labios,
lavado de accesorios y carnadas.
Con el pelo revuelto,
sin push-up, sin encajes,
sin sala cinematográfica a la vista,
te asomarás al abismo del aro.
Un inmisericorde rayo de sol
se posará en mis pómulos.
Advertirás mis medidas incorrectas,
mi cicatriz, mis tobillos dispares,
el mapa irreversible de mis pecas.
Se habrá fugado la pin-up.
Y tus pies tendrán que decidir.
En la foto: Scarlett Johansson.
16 jun 2010
EL FLUJO QUEMA (CODA)
Al fin de la ascensión en singular
donde todo ha sido puesto en juego
soy la niña perpleja y reclamada
por todos los colores de todos los sexos.
En mi boca madura una manzana.
En mis ojos de lago piden pista
las estrellas fugaces.
Yo las dejo venir a mí.
Yo no puedo ni quiero decir que no.
Cuelgan del pico de los pajaritos,
del pico de las pajaritas,
del pico de los pájaros de alas duplicadas.
Los pasajeros en tránsito del arco-iris
pasan la noche bajo mi sombrero.
Foto: Irving Penn.
23 may 2010
EL FLUJO QUEMA (II)
Estrangulada
por la visión del cable telefónico
pedí a tu lengua la máxima inclemencia.
Le pedí alcohol en el tajo sin sutura,
surf al pie del abismo.
Más de lo mismo, no. Pero no estabas.
Mis dedos detectives en la urgencia
recolectaron flores narcotizadas,
picos de alpinista, la sombra
de una intrépida escafandra abandonada.
Todo chorreaba y era de colores.
Con los colores me froté la boca y al revés.
Mi boca de mujer sorbiendo el precipicio.
Un caramelo hijo del desquicio
es esta boca de nena con crayones,
con frutas, con plumas y con dones
que el agua de la ducha
aquieta, apaga y deshace,
limpia y empuja a correr.
Foto: Irving Penn.
18 may 2010
EL FLUJO QUEMA (I)
14 may 2010
CREDO
que avanza, toca y quema
la superficie transpirada y urgente
de mi cuerpo.
Creo en mis dedos, sus expertos hijos,
amos y señores desclasados
de todos mis profanos y espléndidos
agujeros.
Multiplicados por obra y gracia
de mi imaginación
sin bozal, sin cierre, sin correa.
Nacidos de mi sed.
Padres de mis prosaicos
estremecimientos.
Descienden
hasta la dicha del culotte;
abren pliegues, lamen cavidades,
resucitan la suma inagotable
de mis nervios.
Suben partiendo mi córtex
hasta ese cielo que parece que sí
pero se corre y no
pero insinúa que sí
y ya no sé
ni quién ni para qué ni cómo
pero de la adorable cruz
de esta tensión
no hay quien me baje.
Parada y apoyada
de espaldas a Dios padre,
tan viva que vivo un poco más
y me declaro muerta.
Pobre el que no se atreve
a horadar
la santa configuración de cada hueco,
la descarriada erección de las salientes.
Creo en todo lo que está caliente:
la comunión de los flujos que me empapan
la hostia que me acercan y me niegan
para mi desesperación.
Subo a la cima del Everest descalza,
te anudo el cabo de una cereza
con la lengua.
Y es todo para mí.
No te doy nada. Nada.
Ni mi patito negro
con su boa de plumas,
ni el látigo de cuero
ni la gloria de los pasamanos
y las escaleras al infierno.
Ay, qué miedo que me dan
la lanza romana y los arqueros.
Que miren cómo tiemblo
(y no precisamente por sus armas).
Desde mi propio y servicial
toro mecánico,
todo forradito en terciopelo.
Revuelta, rendida, despeinada.
Los apóstatas me abanican
el índice.
Los apóstoles
se inclinan y bendicen
mi extenuación.
28 abr 2010
QUEMAR
No te seducían los disfraces.
Embebí en alcohol la enfermerita,
la colegiala y la secretaria.
Arrojé el fósforo encendido
contra las que estaban
a tu disposición.
Con los dientes rasgué
el baby doll, ridículo.
Qué baby ni baby.
Qué doll. A mí alentame
en las curvas del roller derby.
Te toco el piano desnuda,
sin tafetas ni moños ortopédicos,
con el pelo recién salido del mar.
Y en un momento dado
apoyo una pierna sobre el teclado.
Las ruedas del patín rozan un par de notas.
Enlacé tu lengua y la atraje hacia mí,
hasta dejarte vacío de alfabeto.
Se acabaron los roles.
de cuerpo entero.
23 abr 2010
MI VESTIDITO
Yo tenía un vestidito precioso.
Con una falda llena de volados,
uno sobre otro, uno sobre otro,
como escamas de pez,
como puertas de niebla,
como imprevisibles cortinados.
Viniste y lo rasgaste todo,
lo manchaste, lo arrugaste.
Malo.
Ahora tenés que volver
a coserlo y plancharlo
sobre mí.
Es que yo no quería caer (mentira).
No quería seguirte (otra mentira).
Ya antes de caer había comenzado
a flotar (esto es cierto),
a disfrutar la ley de gravedad,
a sintonizar tus ojos centrípetos.
Bueno, bueno.
Pero qué bueno es caer
en el abismo de la selva.
Uno ya ni se acuerda de quién es.
Pero podría seguir tu pista
con mis zapatos con lazos de seda,
con tacón, con determinación
de cachorra asediada
por el hambre (de vos).
Estoy en Hungerland.
Así que no me esperes escondido
en la república solitaria de los hongos.
Hay mejores venenos.
Mi nuevo vestidito
no encuentra su lugar
en esta casa.
Esta casa no alcanza
a contener el pulso
de mi cuerpo.
Fotos: Annie Leibovitz.
Natalia Vodianova con Olivier Theysenks, Tom Ford y Marc Jacobs.
Natalia Vodianova by Helmut Lang.
21 abr 2010
TU TRIÁNGULO
que se agota y se asfixia reteniendo tu aroma y ahora qué podré
15 abr 2010
REGRESAMOS
NO APARTES DE MÍ ESTE CÁLIZ
No me digas palabras que no sé,
que no entiendo, que no sabré leer.
No me digas palabras que no vi,
que no supe, con las que no sabré
qué hacer. Extraviada.
Dame de beber, en la boca.
Mi boca se abre a la sed que lleva,
que no puede soltar,
tu nombre.
Mis dientes se resisten a ceder
tus letras.
No me des de sufrir, de llorar,
de amputar mis uñas,
hasta flotar como un alga
iridiscente y tristísima en el río.
Dame de dormir, de olvidar,
de serenar el desorden
de mi pelo.
Pero no. No es ésta la manera.
La manera es soltar y dejarse acunar
por mis amantes. Las deidades domésticas
que desatan mis nudos, por instinto.
Me sumerjo en la temperatura de mis perros,
en la textura evasiva de mis gatos,
en las páginas marcadas de mis libros,
en el polvo que soplo de mis botas.
Son del color del agua que invita a naufragar,
son del color del agua que impulsa a descender
para cantar, desde el fondo de mí,
mi aterrador y glorioso desamparo.
No apartes de mí este cáliz.
Lo masticaré mansamente,
empapada, descalza y en enaguas,
hasta hacerlo pedazos.
Esquirlas devoradas por los peces,
magmáticos. No los perseguiré.
Romance & Cigarettes, John Turturro, 2007.
James Gandolfini - Kate Winslet
Kate se deja invadir por Ute Lemper.
Ute canta en la boca de Kate "Little Water Song",
escrita por Nick Cave.
24 feb 2010
SIGUIENDO TUS PISTAS
12 feb 2010
LOS FAROS
La penetro mientras me da la espalda,
aunque esté frente a mí.
Espera que aparezcan los faros,
de pie sobra la ruta vacía.
Ha dejado su modesto equipaje
a un costado.
Se travistió de chica de su casa,
con peluca de nylon, faldas inverosímiles
y una camisa blanca, imperdonablemente
bien planchada.
Sus ojos me atraviesan
como si yo fuera de papel.
Penetro a una pasajera
en tránsito.
Ella busca
la irrupción de los faros
en la curva.
La señal de que éste es el lugar
desde donde se puede
empezar de nuevo.
Esa es la historia
que le contó a Manon
la chica que gobierna los faros.
Manon calla, mira,
sueña, ayuda y espera,
ayuda con su espera
al ajuste definitivo de los faros.
Ha creado una doble
que se para en la ruta,
a esperar.
Manon no está completa.
La doble es una muñeca de madera,
con faldas y peluca,
con una cavidad abierta
a la altura del pecho
donde se aloja el corazón
hipnotizado y tembloroso
de Manon.
Quiero ser el faro de Manon
en la tormenta.
Que busque en mí.
Que me deje guiar
su barca.
Se lo suplico,
sin que Manon se mueva.
Manón está mirando a su muñeca.
Si aparecen los faros en la niebla,
correrá de alegría.
Si no aparecen dentro de cierto tiempo
(¿cuánto tiempo es posible esperar los faros?)
la muñeca podrá girar,
recoger su equipaje,
abandonar su puesto de vigía,
regresar a casa.
Es posible, también, en esos casos,
que la muñeca no de señal alguna
excepto un hilo rojo manchando la camisa,
cuya última e intermitente gota
caiga sobre el asfalto.
Convivo con el riesgo del disparo,
la desaparición y la espera
insensata
de Manon.
La penetro mientras dibujo en su pelo
la forma de mi faro.
"Yo seré tu farera", le digo,
"dejarás el asfalto por el mar".
Y el pelo de Manon no huele a sal todavía.
Huele a combustible de automóvil.
A viento que trae y lleva las promesas.
Estoy enamorada de Manon.
Esperaré aprendiendo
el flujo lunar de las mareas,
enviándole señales cada noche
al corazón que se consume y se cansa
en el pecho horadado e inmóvil de su muñeca.
Foto: Cindy Sherman, Untitled Film Still Nº 48, 1979.
Film: Lucía y el sexo, Julio Medem, 2001.
7 feb 2010
PORQUE SOY SOLO LA NOVIA DE LA NATURALEZA
Porque soy solo la novia de la naturaleza.
No puedo cazar la mariposa.
El pez se escapa por los agujeros cómplices
de la indomesticable red atrapasueños.
La brújula se altera. No está desorientada.
Sobrecargada de orientaciones se desvela.
Mi vagina puede ser un tren,
la aguja del Empire State, un cirio ardiente.
El cuenco del que sorbo mi cosecha de té.
Hoy es un tronco de corteza resuelta.
Mañana es una cuna que se hamaca
a tus pies.
Porque soy Hansel en pollera y tacones,
con una plumita en el sombrero.
Porque soy Gretel rapada y con corbata,
con hambre de comer.
Se bifurca el camino. Se rompe la clepsidra.
El mástil se alza y sostiene la bandera.
La bandera envuelve
el cuello del mástil sin saber
quién y cómo será el próximo himno.
Mi invitación personal a las guerras floridas.
Porque soy solo la novia de la naturaleza.
El agua se derrama en la guardia nocturna.
Mi lengua cambia la inflexión de su voz.
No hay forma de bautizar mi aliento.
No hay forma de cristalizar el flujo
de las mareas.
Mi sexo se deshace en el laberinto.
Hay algo en mí que no sabe qué es.
Porque soy solo la novia de la naturaleza.
No puedo asir el viento.
Pedirle que se calle,
que obedezca y se siente
entre mis sienes.
No puedo amarrar a una correa
el deseo flotante de mi piel.
La flecha,
emplumada y hambrienta,
apuntará,
como el viento,
adonde quiere.
Foto: Tilda Swinton, por Paolo Roversi.
Film: Orlando, Sally Potter, 1992.
3 feb 2010
PRIMERA RONDA DE CONSULTAS
Hartas de las vaginas televisivas de peluche que nos recuerdan a los Muppets y hacen retroceder espantado nuestro Punto G. Hartas de la soporífera Barbie y su noviecito Ken exasperantemente planchado y al que ciertamente le faltan varios caramelos en el frasco. Hartas de la imbecilidad irreversible a las que nos someten Cosmopolitan y sus hijas bastardas. Hartas de las vedettongas que simulan transgresión pero no se animan al hardcore. Hartas de las que solo se atreven al desnudo "si es una producción cuidada" (cuando lo cuidado es, precisamente, lo que nos duerme el clítoris). Hartas de las que trepan haciendo uso de los recursos femeninos más previsibiles y grotescos.
Hartas, en fin, de la falta de naturalidad, recurrimos a los ojos de Cassandra y Cassandra montó su gabinete de consultas en Babilonia. Responde de espaldas y, cuando no le creen, se baja los lienzos, así, y da por concluida la sesión. Porque está harta, harta de que la tomen por loca desde los tiempos de la antigua Grecia.
Las consultas femeninas, masculinas o así ("uns masculinos, uns femininos, uns assim", dijo el inagotable Caetano) pueden dirigirse directamente a este blog o a morganlefay@live.com.ar. Se promete estricta reserva de identidad y se agradece la invención de un alter ego. Se agradecen las invenciones, sin ir más lejos.
Srta. Rosa China ha sido la primera en requerir los servicios clarividentes de Cassandra con dos tópicos tan meneados como la portentosa verga de Rocco Siffredi. A Rocco le tenemos simpatía y, especialmente, a la madre de Rocco, que está tremendamente orgullosa de su hijo. No es para menos. Y ni nos queremos imaginar al padre, gritando el nefasto"¡hijo de tigre!" con la ñata pegada contra el vidrio de la nursery.
Sin embargo, consideramos que la Edad Siffredi, con su machismo de opereta coronado por tremebundos escupitajos de ocasión, ha quedado atrás (no olvidemos el Mayo Francés y a nuestra querida Judith Butler) y abogamos por la continuidad del porno donde las chicas empuñen no solo la pistola, sino la cámara.
Con ustedes, de espaldas y con los jeans a la cintura (por ahora), nuestra Cassandra.
Srta. Rosa China: ¿Cuál es la importancia de la longitud del falo en la provocación de placer sexual? ¿Si es corto se queda corto y si es largo vemos a Dios?
Cassandra: Oh, aguas del torrente Castalia, bañen mi boca y laven los engaños que pretenden imponerme cual cerrojos. Pesquiso el vuelo de los aves migratorias y las entrañas de un humilde cordero que jamás debió ser sacrificado.
He visto a los atletas olímpicos medir sus papirolas en los bosques de Atenas, cual jugadores de Atlanta en el vestuario. Por los piedras que todo lo han visto en el santuario de Delfos, respóndeme, Rosa China, qué te provoca más placer:
¿la lectura de un haiku o de la Divina Comedia?
¿la escucha del inconcluso Arte de la Fuga que asediaba a Bach o la ininterrumpida inmersión en las 32 sonatas para piano de Beethoven?
¿la contemplación de un mural de David Siqueiros o de un pequeño autoretrato de Frida Khalo?
¿el uso de tus botas de vertiginosa caña alta o de tus zapatitos de delicado taco chupete?
¿el soberbio foulard que ahorcó a Isadora Duncan o el minúsculo pañuelo que seca tus lágrimas?
Asimismo, querida mía, recuerda quién venció a quién en la lucha entre David y Goliath.
¿Comprendes, Rosa China, lo que quiero decirte?
Srta. Rosa China: Intento seducir a mi novio, pero no me sale. He tomado cursos de strip-tease y adquirido disfraces de mucamita, enfermera y colegiala en diversos sex-shops. Y no hay caso.
Cassandra: Oh, por Apolo que pidió mi carne a cambio del don de la profecía. Contemplo el movimiento de las llamas que me dicen: "cursos, no, te lo pido, no". Te cobran matrícula y arancel y egresás cual marioneta y clon patético de la profesora de turno (que con algún rebusque tiene que ganarse el pan). Tamaños disfraces están out. Atiborran el guardarropa del imaginario masculino, por Hécubo y por Príamo y todos mis antecesores en estado hot.
Srta. Rosa China, juega a solas con tu cuerpo, imaginando que eres la mujer pantera que filmó Jacques Tourneur. Y si no te alcanza, haz feliz a los hados y mira a Dita partiéndola en el burlesque, a nuestra suprema (con papas) Dita von Teese.
30 ene 2010
SÉ SOLO UNA BOCA DIÁFANA
Con tu mano en mi nuca, dame agua en la boca.
Que no exista un canal de comunicación
ni un pasadizo ni un puente ni escaleras.
Nada que tenga una forma precisa.
Todo disuelto, todo confundido,
paladeando colores derramados.
Tan sin borde, sin punto de fuga
cuando se está cada vez
más cerca.
Todo fugado, todo volcado en mí.
Sé un animal en paz con este mundo,
un animal tiernísimo.
Mi esófago está abierto y entregado,
quiero tu lengua hasta ahí
(donde solo hay conciencia
de un jardín desbordado,
de los botones desabotonados
en el centro desplazado de la flor).
Todo movido, todo corrido.
El animal se sumerge en el lago.
No me tires monedas,
no pidas tres deseos.
Todo cumplido, todo deshecho,
todos los cables cortados.
Todos los tallos erguidos.
El estallido de fosforescencias
deja ciego
al animal hundido en la tela.
Toca en cámara lenta
el destello evasivo de las algas.
Pintura: Ramo de flores de primavera
Pierre Auguste Renoir, 1886
27 ene 2010
BANDERA ROJA
25 ene 2010
LA PRÓXIMA VEZ, UN MUDO
Así, sí.
Foto: Just Loomis.
22 ene 2010
DESHACERSE
Vengo a soltar y dejar entre tus piernas
cada una de las letras de mi nombre.
Vengo a perderme de vista,
a analfabetizarme de mí mismo,
a empujar con la lengua mis razones
en tu ciudad de niebla.
Aparto tu camisa
buscando la noche
que hace estallar el reloj
en mi cabeza.
Mis signos de interrogación,
mis instrumentos de navegación.
Los puntos de sutura.
Vengo a tu pila bautismal,
untada de saliva.
A descolgar del trapecio
tu hendidura.
Vengo a irme de todo.
A no poder narrarme.
A parirme por propia decisión
en tu espesura
que tira de mí,
que succiona de mí
señas particulares,
oficios y costumbres.
A ahogarme con mi tripulación
de silogismos y pares previsibles.
Para que cada número sea una bengala
que me ciegue y me permita ver
a oscuras.
Para morder lo impar y ser cifra
divisible
y no parar de dividirme
en tu estructura
infinitesimal.
En tu álgebra caliente y exiliado
de cualquier tiempo y de cualquier lugar
cada lunes vengo a disolverme,
a las tres de la tarde.
Cuando me voy, me dejo atrás,
no estoy donde creen que está
mi cuerpo.
Durante seis días no me extrañarás.
Te encerrarás a buscarme y me tendrás
en el flujo que te bese los dedos.
20 ene 2010
MÚSICA DE BABILONIA
Uno de los conejos se acercó a Clara, para que Clara encontrara este texto (¿esta carta?) amorosamente colocado en su boca, bajo su hocico persistentemente tembloroso. Es el Conejo de Hocico Tembloroso, el elegido para llevar mensajes. Clara vino hasta mí, a preguntarme si yo lo había escrito. Los hocicos de todos los conejos tiemblan. Pero el hocico de este conejo tiembla siempre. Yo, Perséfone, no he escrito esto. Clara sopló su flequillo (signo de curiosidad y de entusiasmo) y el papel se agitó levemente. Creemos que se trata del Pianista, que es el Pianista quien ha escrito sobre el Pianista y sobre nosotras y sobre sus amores, es decir, sobre las sutiles declinaciones de un mundo compartido, deliberadamente bautizado Babilonia.
En un rincón oscuro del cabaret, está el pianista. Nadie sabe cuál es el color de su piel, si va de sombrero o va de traje, si ríe o si su gesto es de pesadumbre.
Esas estrellas fugaces que atraviesan los salones montadas en estertor y gemidos, sudor y espasmo y que, después, salen por la puerta del cabaret a perderse en el cielo infinito de todos los orgasmos que en este mundo han sido, transformados en polvo intrascendente del pasado.
Foto: El Pianista, por Hello Kitty.
A leer la carta del Pianista, nuestro amigo Migue rescató de su memoria esta escena de The Fabulous Baker Boys. Oh ... my goodness!, sí que nuestro pianista se parece a Jeff Bridges, aunque solo lo veamos en penumbras (y eso Migue lo sabe porque tiene un trompetista invisible y además esta hecho, Migue, de cine y música y palabras). Palabras no diré ni una acerca de las ocupaciones, en Babilonia, de Migue. Michelle nunca estuvo tan bella como en esta peli (especialmente cuando se extendió cual sirena deluxe sobre el piano) y, en cuanto a Jeff Bridges, todos en Babilonia profesamos el Dudeism. Todos los que vivimos acá tenemos, en definitiva, el espíritu de The Dude ... en The Big Lebowski.
18 ene 2010
QUICIERA QUE ME LEAS EN VOS HALTA
Detráz de hestas plumas no ai nada. Nada falzo.
Pestanias poztisas. Unias esculpidas. Ciliconas.
Vajo heste flequiyo hes todo berdadero.
No hai prótecis. Colájeno. Sonido Dolvi-Estéreo.
Liposuxiones. Rejubenisimientos baginales.
Himplantes. Lácer. Vótox.Visturíes.
Solo javón y champú. Hagua que ríe
cuando me laba heste cuerpo soverano
que se reciste a las interbensiones.
No ai tatuages. Bendages. Hinsiciones.
Te habiso por si hestá en tus hiluciones
tocar una munieca retocada.
No soi una munieca. Pero bibo asomvrada.
Bibo con hestos hojos vien aviertos
ha los paisages que mi mano me depara
cada ves que me toco.
Soi la vuena salvage
prebia al contrato sosial.
Halgunos se pucieron de hacuerdo
sovre lo que hestá vien.
Y lo que hestá mal.
Tenés que olbidarte de los livros
para penetrarme.
Avolir la lei.
Quiciera que me leas
en vos halta
para ber,
para vever y avsorver
de qué hestoi echa
(porque en el cilencio,
hofisialmente, hestoi desecha),
cuál es mi horden,
cuál es mi materia.
Halguien como bos
tendría
que poder.
16 ene 2010
EL PAÍS DE LOS NIÑOS
Kitty es mayor de edad,
aunque no lo parezca.
¿Pero qué es la edad?
¿Quién sabe dónde queda?
Kitty te cobra un juguete.
Hello, Kitty.
Hello Kitty no puede
o no sabe o no quiere
abandonar
la infancia.
Se quita las ligas
por una jirafa de madera.
Alza, recoge y ofrece
sus pezones
(sus botones
tímidos y salvajes)
por una muñeca veneciana.
Se corre la diminuta tira
de las bragas
para que te sumerjas
de rodillas
en su tajo empapado,
a cambio de un chinito
en bicicleta.
Humedece tu glande
mientras tomás su nuca,
por un par de monedas
de chocolate.
Se pone en cuatro patas
y juega con su cola,
si le dejás un perro
de peluche.
Hay noches cristalinas
en las que Kitty llora
sin consuelo.
Sin que nadie la escuche.
Su mundo en miniatura
es un refugio
donde no entran los lobos.
Hay noches estrelladas
en las que llueve.
Kitty se esconde
debajo de la cama
rodeada de sus frágiles tesoros.
Sus mariposas mudas de papel.
Sus enormes anillos de bisutería.
Sus trenes eléctricos y sus tazas de té.
Su geografía a cuerda. Sus ojos como lagos.
Noches en las que el miedo
paraliza y oxida
los giros de metal de su juguetería.
Hello Kitty deja rasgar su himen,
fascinada.
Rasgarlo del derecho y del revés.
Se detiene el miedo y cada vez
es la primera vez de Hello Kitty.
Fotos: Irina Ionesco.
13 ene 2010
TU ESTANDARTE
A Lucrecia H. le encanta Marianne. Y también Marianne Faithfull. No solo porque ahora en su madurez luce las perlas que asedian y acompañan a Lucrecia H., sino porque tiene bien claro que esta mujer, en sus épocas de ignífugo descontrol, le voló a varios chicos (incluido Mick Jagger) la cabeza. Y ahora juega de la mano de Polly Jean (Harvey), en una soberbia conjunción astral. Por eso Lucrecia H. musicaliza las palabras de Marianne con las de Faithfull, faithfully yielding to the elusive stirrings of Marianne.
las plantas de mis pies.
Pintura: La libertad guiando al pueblo
Eugene Delacroix, 1830
Música: The Mistery of Love
Canta: Marianne Faithfull
Escribe: P. J. Harvey
12 ene 2010
CALL ME (TE ATIENDO YA)
Oh, Debbie Harry, que ruedas cual gata en celo, turquesa hasta en la sombra de los párpados, sobre una cama perfectamente circular y explícitamente anhelante. Que no tienes histeria ni más vueltas que las de tu propio cuerpo en combustión. Que no dices que sí-que no-que sí-que no. Que dices Sí. Que no dices te quiero-te odio-te quiero-te odio-pero-no-sé. Dices Te Necesito. Con el flequillo deshecho que cae como una lluvia recién salida de la ducha sobre la frente. Con anteojos negros para no encandilarse porque quema. Lucrezia H. adora tu frontalidad. A ver si te sostiene la mirada Richard Gere. A ver si puede mantener esa velocidad. El collar de perlas de Lucrezia H. estalla al musicalizar. Las perlas ruedan sin freno como Debbie Harry. Lucrezia H., la que no se entera del punto final, te está llamando.
Pronuncio el nombre de tus partes más dulces
Arengo la sangre de los capilares
Y de las venas que te erigen
Se me abre la boca
Mis labios profesan la mímica de tu ADN
Soy aura que tornasola el rojo
Y lengua que juega con el recuerdo de tu sal
La voz se me evapora
Exudo urgencia
Mi vulva secreta la caligrafía de tu apellido
Los pezones se rebelan a emballenados y moños
La erección de mi deseo apunta al Sur
Todo en mí se dilata y late
Ya solo veo la sombra de tu forma
Penetrando y presionando mis paredes más tensas
Husmeo el trazo de tu sexo
froto y doy señales de mujer que te conjura.
10 ene 2010
EPÍSTOLA A LOS VATICANOS
7 ene 2010
EFECTO PATINAJE
Nada es estable ni es lo que parece
cuando aparece patinando
Rolling Jenny.
Quitate esa bikini, corazón,
mostrá la pista de las marcas del sol
sobre tu cuerpo.
Rolling Jenny es una autopista.
La perdición de los autostopistas.
La penetró todo el sol californiano.
No hay cazador al vuelo que se le resista.
Ni explorador que no asome y desvista
imaginariamente a Rolling Jenny.
Las mínimas stars & stripes del estampado
se escapan y se esfuman de costado
cuando rueda de salón en salón.
Tirar de las tiritas. Eso quieren,
los que extienden su mano, exasperados.
Rolling Jenny y su daikiri de colores
son la promesa evasiva de un tornado
que extenúe sus planes no planeados
y los deje agotados boca arriba.
Esa es la trampa de mi Rolling Jenny.
En su vulva quedan restos de arena.
Baldes, palitas y moldes de animales.
La sombra de una gorra con visera,
el reflejo de un sueño con palmeras
bajo las aspas de un ventilador.
Que alivie los vapores que marean
cuando Jenny se monta al pasamanos
y desciende en trance la escalera.
Quitate la braguita, corazón.
Convidame el cigarro de tu boca,
mientras te arranco el sostén,
mientras pierdo el sostén,
me vuelvo idiota.
Te desato el cordón de los patines
y mi cordura patina en tus confines.
Esa colita que te sujeta el pelo
es un delito penal no excarcelable.
Mi largo invierno se vuelve insoportable
en las gotas de sudor de Rolling Jenny.
Me tenso, inmóvil, observando sus flexiones,
sus trompos solitarios. Sus versiones
de la montaña rusa en plena playa.
Sus pezones erectos son visiones,
son relámpagos entre los cortinados.
En su vulva quedan restos salados
de la espuma que se filtró en los bordes.
Vengo a verla puntualmente cada tarde,
a obnubilarme con su risa. A iluminarme.
A lo lejos soy su crema untable,
su lona a rayas, su boomerang, su frisbee.
Su pelotita, su hueso comestible.
Sé que estoy viva mientras patina Rolling Jenny.
Foto: Just Loomis